Usamos cookies propias y de terceros para mejorar nuestros servicios, recordar tus preferencias, contar el número de visitas, ayudarte a registrar contenidos, anuncios, reservaciones ...
Si continúas navegando en esta página, aceptas expresamente su uso.


Ver
Continuar

5231
  LOGIN  
Cultura
Economia
Cultura
Contactos
Suscriptores
Hotel Bayerischer Hof de Munich

Rafael de la Fuente   Marbella
Fecha: 11-02-2013 - 10h27
Modif.: 11-02-2013 - 10h27
Publicado por: Rafael de la Fuente
Enlace completo: https://raf.worldofgalina.com/?articulo=Hotel Bayerischer Hof de Munich&cod=1306



Reconozco mi afecto y fidelidad al otro gran hotel de la capital bávara, el Vierjahreszeiten en la Maximilianstrasse. Le dediqué un artículo en abril de 2009 en esa admirable revista de Andalucía Unica. Pero esto no es obstáculo para reconocer que en más de alguna ocasión me he alojado – siempre fue un placer - en el otro gran hotel que ennoblece desde 1841 a la ciudad de Munich: el Bayerischer Hof. En la encantadora Paradeplatz, no muy lejos de su ilustre competidor, el Vier Jahreszeiten.
 
Siempre asociaré el Bayerischer Hof a una de la mejores conserjerías de hotel de Europa. Coincidió mi primera estancia con un acontecimiento importante que ocupó toda la capacidad hotelera de Munich. No fue fácil conseguir alojamiento en el Bayerischer Hof. En realidad hubiera sido imposible sin la intervención ante Herr Politis, el Jefe de Recepción, de una influyente dama de la alta sociedad muniquesa, antigua clienta de Los Monteros en Marbella. Ya instalado en aquel sorprendente hotel, intenté conseguir a través del conserje una entrada para el Tannhäuser en la vecina Staatsoper. “Ausverkauft”, todas las localidades vendidas desde hacía meses. De todas formas me dijo aquel impresionante portador de Las Llaves de Oro – la asociación mundial de los conserjes de grandes hoteles – que haría todo lo posible. Dos horas después me avisó que la había conseguido. Un palco de abono, cancelado por su titular en el último momento. Y a un precio baratísimo. Por cierto, la representación de la famosa obra wagneriana fue soberbia. Y aquel palco un privilegio. No olvidaré el momento en el que un ujier de la Staatsoper me pidió permiso para entrar en aquel elegante recinto en el que me sentía como un intruso. Me preguntó muy amablemente si deseaba que me sirvieran allí algo de comer y beber. Imposible decir que no.
 
La historia, fascinante en tantos aspectos, del Bayerischer Hof comenzó en 1839. El Rey de Baviera, Luis I, deseaba para Munich un hotel de gran clase, a la altura de la capital de su reino y digno de albergar a una distinguida clientela internacional. Puso manos a la obra un importante personaje local, el “Reichsrat” Joseph Anton von Maffei. Compró un edificio en la elegante Paradeplatz muniquesa. Dos años más tarde el nuevo hotel abría sus puertas. El Soberano estaba encantado con el Bayerischer Hof. Como muestra del favor real, solía bañarse dos veces al mes en la Suite Real del hotel. Prefería las instalaciones de aquel espléndido y moderno cuarto de baño a las del suyo en palacio.
 
En 1897 adquirió el Bayerischer Hof otro importante personaje. El hostelero Hermann Volkhardt (1851-1909), un famoso repostero muniqués, propietario del Hotel Fürstenhof. Pagó la respetable suma de tres millones de marcos de oro. Esta inversión no fue obstáculo para que Herr Volkhardt emprendiera un ambicioso plan de reformas y mejoras en su nuevo hotel. Entre ellas, la instalación de un nuevo invento – la electricidad – en todas las dependencias. Deseaba que el hotel fuera la residencia perfecta para una clienta muy especial. La Emperatriz Elisabeth de Austria, “Sissi”. Herr Volkhardt había confirmado a la Casa de la augusta dama la reserva anual de dos pisos del hotel para ella y su séquito. Ese mismo año, el 10 de septiembre de 1898, la Emperatriz fue asesinada en Ginebra por un terrorista italiano.
 
Las consecuencias directas de esta terrible tragedia para el Bayerischer Hof fue la pérdida de unos ingresos anuales de 60.000 marcos de oro. La capacidad de Herr Volkhardt para navegar con éxito en tiempos complicados fue puesta a prueba, ya que las deudas de la anterior propiedad pesaban sobre la buena salud financiera del hotel. El tesón y el buen hacer del ya prestigioso hotelero no solo consiguieron superar estas dificultades. En 1901 adquirió varias propiedades colindantes con su hotel. El hotel ya se levantaba sobre un terreno de 5.000 metros cuadrados.
 
El fallecimiento del fundador de la dinastía el 24 de diciembre de 1909 pasó las riendas del Bayerischer Hof a su segundo hijo, Hermann Volkhardt. Digno heredero de las proezas empresariales de su padre, se había formado en los más prestigiosos hoteles de la época. En la familia se le conocía como “el diplomático”. Y fueron esas habilidades las que permitieron al hotel sortear con éxito las turbulencias de la primera mitad del siglo XX. Que empezaron con el estallido de la Primera Guerra Mundial y sus complejas consecuencias para Alemania y el antiguo Reino de Baviera. La revolución de 1918 llevó a los republicanos al poder. Inmediatamente intentaron requisar el Bayerischer Hof como sede del nuevo gobierno. Hermann Volkhardt se negó en redondo. Incluso cuando le amenazaron a punta de pistola. El hotel siguió en la familia.
 
La recesión económica mundial y la devastadora hiperinflación de la economía alemana no fueron obstáculo para las mejoras y el mantenimiento impecable de aquella casa, una de las mejores de Europa. La llegada al poder de Adolf Hitler y el NSDAP alemán les puso de nuevo a prueba. Los Nazis bávaros querían que el Bayerischer Hof se convirtiese en una residencia para los invitados prominentes y los peces gordos del partido. De nuevo el propietario del hotel se resistió. Y el establecimiento siguió en manos de la familia.
 
Durante una noche del penúltimo año de la Segunda Guerra Mundial, la del 24 al 25 de abril de 1944, el hotel fue totalmente destruido por un bombardeo de la aviación aliada. Hermann Volkhardt se limitó a decir la mañana siguiente : “Reconstruiremos el Bayerischer Hof. Y será más bello que nunca.” Y así se cumplió. Su hijo Falk tenía 19 años cuando el hotel fue pulverizado por las bombas. Estaba hospitalizado por heridas de guerra, sufridas en la campo de batalla. Le aseguró a su padre que podía contar con él.
 
Unos meses después de que terminara la guerra, el joven Falk Volkhardt consiguió un pequeño gran milagro. El abrir el 22 de octubre de 1945 en las ruinas del Bayerischer Hof un restaurante. El único que existía en ese mar de ruinas, horror y miseria que había sido la esplendorosa capital de Baviera. Aprovecharon lo que había quedado del salón más importante del hotel: el Spiegelsaal. El paso siguiente fue restaurar siete habitaciones. No tenían calefacción y daban a un dantesco mar de escombros y ruinas. Pero poco a poco Falk Volkhardt fue devolviendo la vida a su hotel. En 1959 el joven hotelero compró su parte a sus hermanos. Fue una buena decisión. El hotel funcionaba perfectamente y era un problema poder atender la fortísima demanda de habitaciones. De nuevo se podía decir que el Bayerischer Hof era una gran hotel. En 1962 Falk Volkhardt contrajo matrimonio con Erika Spranger. Tuvieron dos hijas: Innegrit y Michaela.
 
Y en 1969 se produjo el gran acontecimiento. La compra al Estado delPalais Montgelas, el palacio colindante que fuera de los condes de Montgelas y uno de los grandes edificios históricos de Munich. La combinación del hotel con un maravilloso palacio neoclásico, tan importante en la historia de Baviera, fue la gran sensación del Munich de los años setenta. Entre otros motivos por albergar el maravilloso Palais Keller, tan vinculado a la casa de los Príncipes de Fürstenberg. A principios de los noventa y por motivos de salud el gran Falk Volhardt decidió pasar el mando a su hija Innegrit. En 1994 fue confirmada esta brillante dama del mundo de los hoteles en el puesto de máxima responsabilidad de la sociedad propietaria.
 
En la actualidad la cuarta generación de esta ilustre familia sigue llevando por el mejor de los caminos la navegación de uno de los grandes hoteles europeos: el Bayerischer Hof y Palais Montgelas. Un hotel donde no se baja el listón ni un minuto. Símbolo de la excelencia como un Palace diferente al que todos desearían imitar pero que no todos lo consiguen. Con 313 habitaciones y 30 suites. Con restaurantes tan célebres como el Palais Keller, o el Mediterranean Garden-Restaurant. Sin olvidar a un restaurante que desde hace más de 30 años sigue siendo un favorito de los muniqueses. El famosísimoTrader Vic's con sus especialidades polinesias. Pero lo más importante de esta casa son las lecciones que la historia de este espléndido gran hotel nos sigue dando hasta el día de hoy. Y que culmina con su mayor motivo de orgullo: este hotel, que va camino de cumplir los 172 años, es capaz de dar empleo de calidad a 670 profesionales.


Ultimos articulos publicados
Economia - Turismo
El Pera Palas Oteli
Rafael de la Fuente
Marbella 
Leer mas ...
Arte - Literatura

Rafael de la Fuente
Marbella 
Leer mas ...
Economia - Turismo
Hotel The Gritti Palace, Venecia
Rafael de la Fuente
Marbella 
Siento una especial admiración y afecto por este hotel veneciano. Por eso, en enero del 2006 inauguré con él esta serie dedicada a los hoteles míticos de este planeta. Sobre todos aquellos de larga y fecunda historia.

Leer mas ...
Economia - Turismo
Hôtel Martinez, Cannes
Rafael de la Fuente
Marbella 
Leer mas ...
Viaje - Hoteles
Hotel Cognoscenti
Rafael de la Fuente
Marbella 
Leer mas ...
Viaje - Hoteles
Hotel Portmeirion, Penrhyndeudraeth, Gales
Rafael de la Fuente
Marbella 
Leer mas ...
Viaje - Hoteles
Hotel Gleneagles, Escocia
Rafael de la Fuente
Marbella 
Leer mas ...
Viaje - Hoteles
Hotel Victoria-Jungfrau, Interlaken
Rafael de la Fuente
Marbella 
Leer mas ...
Viaje - Hoteles
Hôtel Plaza Athénée, París
Rafael de la Fuente
Marbella 
Leer mas ...
Viaje - Hoteles
Hotel Bayerischer Hof de Munich
Rafael de la Fuente
Marbella 
Leer mas ...
Viaje - Hoteles
Hotel Adlon de Berlín
Rafael de la Fuente
Marbella 
Leer mas ...
Viaje - Hoteles
Hotel Pera Palace de Estambul
Rafael de la Fuente
Marbella 
Leer mas ...
Ciencia - Historia
Una lápida en Dorset
Rafael de la Fuente
Marbella 
Leer mas ...
Sitio web: Rafael de la Fuente